Hoy vamos a presentar una estructura sedimentaria que se cita bastante a menudo en estas crónicas y que con frecuencia pasa sin demasiadas explicaciones. Se trata de las rizaduras o ripples. Comenzaremos por decir que con gran probabilidad todos habéis visto ripples. Y si no, fijaos en la siguiente imagen:
Efectivamente: en la arena de la playa, en el fondo de un río, en el fondo de una acequia y, en general, en cualquier sitio donde haya habido una corriente de agua con fuerza suficiente para arrastrar partículas del tamaño de la arena. Básicamente los hay de dos tipos en función de su origen, de corriente y de oleaje. Hoy nos centraremos en los ripples de corriente.
¿Cómo se forman? En ciertas condiciones de tamaño de la partícula, velocidad del flujo y disponibilidad de sedimento las partículas arrastradas por la corriente sobre el fondo generan ciertas estructuras en un estado de equilibrio dinámico. La siguiente imagen lo resume y explica todo mejor que 100 palabras:
Como véis se trata de un fenómeno dinámico que refleja unas condiciones de equilibrio: en uno de los lados del ripple se está produciendo erosión y en el lado contrario (aguas abajo) se deposita el material desplazado. Tened en cuenta, por tanto, que un cambio en las condiciones de contorno harán que el equilibrio se modifique, pudiéndose eliminar por completo el ripple (por ejemplo, porque la corriente aumente su velocidad) o quedar enterrado y preservado (si existe una mayor cantidad de sedimento disponible). En teoría, si no existe aporte neto de nuevo sedimento ni un transporte del mismo más allá del ripple éste se convierte en una estructura que migra sobre el fondo: es decir, el material se retira de la cara de barlovento y se desplaza al flanco de sotavento.
Otra cosa importante es que el ripple es asimétrico y que posee una estructura (laminación interna) que nos permite determinar, por ejemplo, el sentido de la corriente que lo formó (con una serie de precauciones que explicaremos más adelante).
Siempre que encuentro ripples en el campo (ripples fósiles, se entiende) siento una gran ilusión. ¿Por qué? Pues porque, en cierto modo, es como ver una fotografía de un paisaje y un suceso desaparecido hace mucho tiempo y conservado para nosotros. Y os voy a poner algunos ejemplos:
Hace un par de semanas estuve recorriendo de forma bastante sistemática los afloramientos del Keuper (Triásico medio) de Cortes de Pallás, lo cual me dará para una entrada en el blog en un futuro próximo. El Keuper valenciano está integrado por cinco formaciones diferenciadas, de K1 a K5, tres de las cuales poseen su estrato tipo en el valle de Ayora (comarca a la que pertenece Cortes). Se trata de la K1 (Arcillas y yesos de Jarafuel), la K3 (arcillas de Cofrentes) y K5 (yesos de Ayora). Las otras dos son K2 (areniscas de Manuel) y K4 (Arcillas yesíferas de Quesa). Me fue posible distinguir bastante bien los materiales y contactos de estas formaciones y en algunas de ellas son frecuentes los ripples. Por ejemplo, veamos este afloramiento de areniscas muy finas de la formación K1:
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Ripples en areniscas muy finas de la formación Arcillas y yesos de Jarafuel |
Efectivamente. En esta imagen estamos viendo los ripples en planta. Es la forma más fácil de reconocerlos ya que el parecido con la primera imagen de esta entrada es evidente. Sin embargo, también es posible reconocerlos en sección. Empecemos por un caso fácil, correspondiente a la formación areniscas de Manuel (K2):
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Ripples de corriente en areniscas muy finas de la formación K2 Areniscas de Manuel |
En esta imagen apreciamos tanto las láminas individuales como la estructura ondulada en relación con el plano de estratificación horizontal. Pero es posible ir más allá. Observad ahora esta muestra de mano que recogí sobre el terreno y que pertenece a esta misma formación:
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Muestra de mano mostrando laminación de ripples, posiblemente de tipo 'climbing' |
Si os fijáis con atención podréis distinguir, al menos, dos generaciones sucesivas de ripples, una sobre otra. Si bien no disponemos de un afloramiento grande para estar seguros, parece que esta estructura pertenece al tipo 'climbing ripples' que se origina cuando hay un aporte neto de arena tan grande que hace que unos ripples se formen sobre otros ya existentes, enterrándolos y preservándolos. Se ve perfectamente también la estructura de láminas inclinadas del 'foreset' o cara de avalancha, lo que nos permite decir que la corriente fluía de derecha a izquierda (lo cual sólo es un aproximación a partir de la sección que estamos viendo). Además, en la zona inferior parece intuirse una zona de laminación paralela, lo que podría deberse a que la corriente era demasiado rápida como para formar ripples y por tanto existía un fondo plano. Voy a comentar la imagen para que lo veáis más claro:
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Muestra de mano con comentarios |
En este caso disponemos de dos secciones de la muestra, aproximadamente ortogonales. Ello nos permite intuir la verdadera dirección de la corriente. A la vista de la siguiente imagen diríamos que el flujo era de izquierda a derecha:
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Sección de la muestra a 90º de la anterior (antes hemos visto la cara izquierda del bloque) |
Por tanto, la dirección real de la corriente es intermedia entre ambas secciones. Esta última imagen se está tomada de forma que la dirección del flujo sea aproximadamente perpendicular al plano de la foto.
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Fotografía tomada en en la dirección y sentido del flujo que formó los ripples |
Los materiales de la formación K2 se interpretan como propios de canales fluviales y depósitos lagunares que se asociaban en deltas separados por bahías (es decir, un ambiente de transición costero).
Finalmente os diré que me produce gran satisfacción tener en mi mesa este pequeño fragmento del fondo de un río de hace más de 200 millones de años. Supongo que forma parte del atractivo y recompensa de la geología, un recordartorio de que incluso lo más efímero puede, de algún modo, perdurar.