jueves, 21 de febrero de 2013

La banalización de la ciencia

No por demasiado repetido es menos cierto. Vivimos en una sociedad profundamente anticientífica, a pesar de que el ser humano (¿actual?) es profundamente dependiente de la Ciencia. La mayoría de las personas son quasi-analfabetas en cuestiones de ciencia básica, independientemente de su nivel de formación. No deja de sorprenderme como en ocasiones personas universitarias son absolutamente incapaces de enjuiciar una noticia de tientes científicos con una aproximación racional, hasta el punto de que parece que han hecho todo lo posible por olvidar incluso las nociones más básicas que aprendieron en algún momento de su vida. Y eso que estamos hablando de conocimientos adquiridos. La cosa es mucho peor si se trata de mantener una actitud crítica y un saludable escepticismo incluso en contra de la opinión de la mayoría ya que esta actitud es, en muchos casos, castigada por la propia sociedad. 

Puesto que el panorama actual de la Educación (léase Enseñanza) no es muy esperanzador, ¿puede ser la situación peor? Pues sí. Hay algo peor que la invisibilidad de la Ciencia, y es su banalización.

El otro día en la oficina un compañero hambriento sacó un paquete de galletas con el que entretenerse hasta la hora de comer. Se trata de unas conocidas galletas con forma de dinosaurio. Naturalmente no pude evitar curiosear la caja, decorada con dibujos de dinosarios y brillantes colores.

Al parecer, el fabricante ha decidido que es una buena idea utilizar la indudable atracción que estos extintos animales ejercen sobre los niños. De esta forma, no sólo las galletas tienen forma de dinosaurio, sino que también dan la opción de completar una colección de cromos, a razón de dos por paquete, que uno puede pegar el álbumes disponibles en Internet. No sólo eso. También se proporciona información acerca de los ejemplares representados.

Bueno, nada malo hasta aquí, ¿no es cierto? Bueno, Miremos con detenimiento los cromos que nuestro ilusionado aprendiz de paleontólogo encuentra en su caja. Esto es lo que aprende mientras come galletas:

¿Dinosaurios?
No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que el 'dinosaurio' de la derecha es algo raro. Gracias a Internet nuestro joven aprendiz puede descubrir en pocos segundos que, en realidad, un Megacerops no es un dinosaurio en absoluto, sino un mamífero perisodáctilo del Cenozoico. Aunque quizá no, quizá no busque nada y la confusión quede en su mente para siempre.

Se trata de un ejemplo del uso cada vez más frecuente de un barniz de Ciencia degenerada para revestir de dignidad a una actividad comercial que, en realidad, no la necesita (que conste que no tengo nada contra el comercio). La falta de rigor y cuidado de los responsables de estos cromos muestran a las claras el estado de la divulgación de la Ciencia hoy en día. 

Y no se trata de un hecho aislado. Estoy bastante indignado por lo difícil que resulta ver un documental de ciencia en canales temáticos supuestamente especializados en este tipo de programas. Uno conecta la TV y busca, pero todo lo que encuentra son leñadores extremos, pescadores radicales, subastas, armas súper-tecnológicas, alienígenas, etc. etc. etc.

¿Cuál es el futuro de una especie altamente dependiente de la Ciencia cuando le da la espalda a ésta?

PE: Para que no todo sea negativo, he de reconocer que en ocasiones uno encuentra ejemplos de divulgación hecha con rigor con un enfoque atractivo para los niños. Un caso reciente es la serie de dibujos animados 'El Dinotren' (o 'Dinosaur Train' en su versión original). En ella se hace una presentación muy atractiva (lo sé por la joven ayudante de campo Inés, que en ocasiones disfruta de algún episodio) de la vida en la Era Mesozoica a través de las aventuras de una familia de Pteranodones. He visto como los niños se familiarizan con la división en periodos del Mesozoico y como hablan de distintos género de dinosaurio y sus hábitos alimenticios (en muchos casos ante el asombro de sus padres). En esta serie no sólo no se incurre en los típicos errores (no hay seres humanos conviviendo con los dinosaurios) sino que al final de cada episodio aparece un paleontólogo, el Dr. Scott D. Sampson, resumiendo y aclarando algunos de los conceptos presentados. Fantástico. Quizá haya esperanza después de todo.

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domingo, 10 de febrero de 2013

Una visita navideña al Mompichel (Villar de Chinchilla). Parte II


En el anterior artículo comenzamos el relato a la visita que realicé en vísperas de Navidad al Mompichel, un afloramiento del Cretácico inferior. Introduje el contexto y ascendimos a la primera de las tres cumbres que forman el conjunto. Hoy ascenderemos a la segunda, a la que corresponde propiamente el nombre de Mompichel. 
Una ventaja de este segundo afloramiento es que, a diferencia del primero, los derrubios de la ladera no cubren el tramo entre la primera transgresión marina y los materiales calcodolomíticos que coronan el macizo. Nos centraremos, pues, en estos materiales, que no pudimos estudiar en el primer cerro. Comencemos:

Descendemos del cerro oeste por el lado opuesto al que hemos seguido para ascender. El Mompichel está al otro lado de la carretera que une Higueruela y Corral Rubio. Lo primero que nos llama la atención es el grado de explotación al que se ha sometido el cerro, que muestra extensas cicatrices de las canteras de extracción de árido, ahora abandonadas. 

El Mompichel desde el oeste. Abajo a la izquierda la carretera. A la derecha  es
bien visible el frente de una cantera, ahora abandonada
En realidad toda la base de la ladera meridional ha desaparecido, lo cual tiene consecuencias, como veremos. Esta vista aérea permite verlo con toda claridad:

Vista satélite del Mompichel. La zona de color claro en la parte inferior corresponde a las canteras abandonadas. El norte está arriba. Fuente: IGN-SIGNA
Al cruzar la carretera nos acercamos en primer lugar a examinar un talud de la antigua calzada, ahora abandonada. En el anterior artículo ya presentamos las facies Utrillas y su interpretación habitual como  como depósitos detríticos de medios fluviales. En este lugar completamos el cuadro con un buen detalle. Se trata de la barra carbonatada marina de la que ya hablamos, que en este lugar aparece en contacto erosivo sobre una arcillas de tonos rojos y verdes. A su vez, estas arcillas están en transición sobre unas areniscas de grano grueso. Interpreto las arcillas como depósitos de zonas pantanosas o marismas.

La barra carbonatada que representa una transgresión marina que erosionó los depósitos  arcillosos de color rojizo y verdoso preexistentes
Detalle del contacto erosivo
 Desde aquí podemos ver la barra al otro lado de la carretera, de donde venimos.

El cerro oeste y la barra que aparece culminando el talud de la carretera
Es interesante ver que en otros puntos no aparecen estos depósitos arcillosos en la transición, lo que posiblemente nos diga algo acerca del paisaje en aquel momento y la distribución de zonas arenosas (corrientes, llanuras aluviales costeras) y zonas encharcadas o marismas, aunque éstas últimas lo fuesen sólo temporalmente y, especialmente, justo antes de la transgresión.

A continuación nos dirigimos a la ladera meridional. Desde este momento estamos por encima del nivel de la barra marina. Aparentemente se han restablecido las condiciones continentales. Volvemos a encontrar restos vegetales silicificados y arenas con estratificación cruzada, aparentemente con una tendencia granodecreciente. Este nivel es, precisamente, el que no pudimos estudiar en el primer afloramiento. Contamos además con la ventaja de que la antigua cantera ha expuesto una buena sección.

Frente de cantera. Fijaos en acumulación de derrubios procedentes del desmoronamiento del talud vertical
Estratificación cruzada de surco en arenas cuarzosas gruesas,  algo caoliníferas
Contacto ferruginizado entre un nivel de arenas gruesa con estratificación cruzada y otro de  margas arenosas con  laminación paralela. Está situado a mitad de la sección del frente
Por encima del frente expuesto las condiciones cambian, en una transición clara hacia un ambiente marino. Nos encontramos con un nivel heterolítico compuesto por una sucesión de areniscas, areniscas calcáreas y calizas nodulosas. Vemos estructuras sedimentarias como ripples, estratificación cruzada planar y de surco, texturas nodulosas y bioturbación. Son ambientes costeros de una plataforma carbonatada con cierta influencia siliciclástica. Se trata de la Fm. Sácaras.

Bancos de areniscas calcáreas por encima de las facies Utrillas. Se trata de la Fm.  Sácaras
Alternancia de areniscas y margas
Detalle de la imagen anterior. Las areniscas representan episodios de mayor energía del oleaje y las margas los intervalos entre ellos. En algún caso las intercalaciones de areniscas son muy delgadas y parecen mostrar laminación de ripples de oscilación (base de la imagen, sobre el dedo)
Galerías de Thalassinoides isp. en el muro de un estrato de arenisca calcárea
Thalassinoides es un icnogénero de trazas fósiles compuesto por redes de galerías horizontales interpretadas como estructuras habitadas por crustáceos en ambientes de energía intermedia como el shoreface (zona de la costa entre el nivel de marea baja y el nivel de base del oleaje de buen tiempo, lo cual es coherente con lo visto anteriormente. En conjunto, sin embargo, la secuencia vertical muestra una reducción de la profundidad, aumentando la proporción entre areniscas y margas. Aparecen areniscas con estratificación cruzada de surco y niveles de guijarros. Incluso hallé lo que parece la impresión silicificada de un tronco de cierto tamaño.

Areniscas con estratificación cruzada de surco. Al centro derecha se ve una grieta en el terreno

Interior de la grieta. Se trata de areniscas con estratificación subparalela, bioturbación en la forma de galerías y niveles de guijarros. En mi opinión podría interpretarse como un depósito de ambiente de backshore (la zona de la playa emergida, que sólo ocasionalmente es inundada)
Molde silicificado de un tronco
La grieta en cuestión es un indicio de algo importante. Supone una cicatriz de entidad a los largo de decenas de metros. Además, la zona ha sido objeto de trabajos de estabilización de la ladera mediante la plantación de pinos. Esta grieta es el resultado de la gran cantidad de material retirado de la base del Mompichel. La montaña, descalzada, se rompe siguiendo un círculo cuya intersección con la ladera es la grieta. Mucho me temo que tarde o temprano se producirá un deslizamiento de ladera de gran magnitud que acelerará la erosión de estos cerros.

Por encima de la formación Sácaras aparecen los niveles dolomíticos Cenomanienses que ya vimos en el cerro oeste.

La cima del Mompichel. En el centro de la imagen el vértice geodésico
Bancos dolomíticos con estratificación cruzada de surco
Desde aquí podemos ver el cerro oeste desde arriba con la llanura manchega de fondo.

El cerro oeste desde el Mompichel
Para finalizar un detalle interesante. Las areniscas de Sácaras contienen unas curiosas concreciones esféricas o esférulas. A veces aparecen como esferas únicas y a a veces en racimos.

Concreciones esféricas o esférulas en la Fm. Sácaras

Varias esférulas en racimo
Con esto hemos terminado el relato de la visita a este interesante afloramiento y contemplado la transición entre las facies continentales del Albiense y las francamente marinas del Cenomaniense que, además, guardan el registro de una transgresión del mar que llegó a cubrir grandes extensiones del macizo ibérico que no lo habían sido durante las invasiones del Jurásico.

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