Ya hemos comentado en otras ocasiones que la playa es un lugar excelente para observar distintos procesos geológicos: tan sólo hay que tener los ojos abiertos y prestar atención a lo que ocurre a nuestro alrededor. Si sois como yo, y preferís la montaña al foreshore, esto puede constituir una ayuda que os permitirá sobrellevar una jornada bajo la radiación ultravioleta. Así fue el caso para mí, una vez más, la semana pasada. Nos encontrábamos en Calpe, estrenando la temporada marítima con los jóvenes ayudantes de campo cuando presencié un fenómeno muy interesante desarrollándose a poco más de 1 metro de mi sombrilla. Tuve el tiempo justo de rescatar mi móvil de entre las profundidades de la bolsa de la playa, enterrado como estaba entre toallas, crema solar, botellitas de agua, gafas de bucear y el resto de artículos imprescindibles para sobrevivir a una tarde playera. Por suerte llegué a tiempo de grabar la parte final del proceso. Os preguntaréis por qué estoy tan misterioso. Ya, es sólo por darle emoción.
Vamos a contar ya la historia.
El Mediterráneo presenta un régimen micromareal, por eso nos resulta tan asombroso a los que somos de aquí ver retirarse el mar (o venir hacia nosotros) en la costa del Cantábrico, por ejemplo. No obstante, eso no quiere decir que no existan. Todos hemos podido ver en alguna ocasión cómo, tras ubicar nuestro fortín playero en la primera línea por la mañana, hemos tenido que retirarnos por la tarde un poco al ver amenazadas nuestras posiciones. Esos 20 o 30 cm de variación del nivel no pasan inadvertidos a un observador atento, que puede seguir paso a paso cómo el oleaje retrabaja el perfil de la playa en el foreshore y como poco a poco cambia la geometría de la playa y se desplaza la berma. Por si no tenéis muy frescos los términos en relación con el perfil de la costa, aquí os dejo un recordatorio visual:
Mangor, Karsten (2008): Definitions of coastal terms. Available from http://www.coastalwiki.org/wiki/Definitions_of_coastal_terms [Visitado el 25-06-2017] |
Bien, pues justamente eso es lo que estaba ocurriendo esa tarde. La marea estaba subiendo y algunas olas habían conseguido saltar la berma. De esta forma se habían formado pequeñas lagunas longitudinales de agua marina estancada represada por la propia berma. Aquí tenéis una imagen:
¿Y qué ocurrió entonces? Pues que un niño excavó, de forma algo casual, en la cresta de la berma, lo que abrió un canal que permitió que el agua retenida tras ella comenzase a fluir de regreso hacia el mar. Y aquí llega lo interesante. El estado inicial es que el recoge este croquis:
Como veis en el croquis anterior, el somero canal inicial muestra dos cambios de pendiente, aunque el que nos interesa es el que está aguas abajo. Esto es lo que en geomorfología se llama nickpoint. Y tiene un gran interés, ya que tienen un papel muy importante en los procesos por los cuales los ríos (y corrientes, en general) buscan su perfil de equilibrio. La teoría dice que (simplificando un poco), dado el tiempo suficiente, todo río alcanza su perfil de equilibrio: un estado de equilibrio dinámico en el cual permanece mientras no haya cambios en el entorno, por ejemplo factores climáticos o tectónicos.
En nuestro caso, el nivel de base estaba representado por la superficie de nuestra laguna. Pero tan pronto se excavó el canal inicial, el nuevo nivel de base es el de la superficie del mar. La corriente responde a este cambio en las condiciones encajándose en la berma, erosionando y transportando arena hacia el mar. Pero el perfil de este canal es artificial y no tiene ninguna relación con las condiciones de contorno, de modo que se inicia un proceso dinámico de ajuste. Y ahí es a donde queremos llegar. En el estado inicial, la fotografía es muy similar a la que tendríamos si en una costa cualquiera se hubiese producido un ascenso tectónico del continente, de forma que un río antes en equilibrio se hubiese quedado ‘colgado’ por encima de su perfil inicial (o, al alternativamente, un descenso estático del nivel del mar). El punto de cambio de pendiente que hemos señalado en nuestro croquis es un nickpoint, un punto de ruptura, una discontinuidad, en el perfil del cauce. Y entonces se produce el fenómeno que os quiero presentar: la migración del nickpoint aguas arriba de la corriente. Como si se tratase de una cuchilla, el nickpoint se desplaza aguas arriba retirando material de aquellos puntos en los que el cauce está por encima del nuevo perfil teórico y depositándolo aguas abajo, donde está por debajo, generando de esta forma un nuevo perfil de equilibrio.
Y como los primates somos animales visuales, aquí tenéis el vídeo que muestra la migración aguas arriba de un nickpoint. Todo un modelo natural a escala de incisión y respuesta fluvial a un cambio en el nivel de base. Asombroso.
Así que recordad: este verano, mantened los ojos bien abiertos en la playa. La geología está a vuestro lado.
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