domingo, 9 de marzo de 2014

Regreso al cabo de Gata: El Hoyazo de Níjar



[Este artículo participa en el VI Carnaval de Geología alojado en este mismo blog]

A veces trato de imaginar cómo debió sentirse Jim Lovell, comandante del Apolo XIII, al circunnavegar la Luna de camino a la Tierra mientras veía como pasaba ante sus ojos la que fue su última oportunidad de pisar nuestro satélite. Salvando las (planetarias) distancias, yo mismo  he experimentado en muchas ocasiones algo parecido al transitar en coche o tren por paisajes de irresistible geología sin poder detenerme a echar un vistazo.

Por eso, en mi segundo y último día de trabajo en Carboneras hice todo lo posible por visitar, de camino al aeropuerto de Almería, un lugar extraordinario: el Hoyazo de Níjar.

Hoyazo A7
El Hoyazo de Níjar visto desde la A7. En el centro se distingue la brecha que permite el acceso al interior desde el flanco sur. Fuente: Google Earth

Y es que no todos los días se tiene la ocasión de pisar un atolón de coral, y menos aún en la península. Así que todos los esfuerzos están justificados. Con las maletas en el coche tomamos la salida adecuada de la A7 y condujimos hacia la Granatella (que así se llama también el lugar). Bajo el sol del mediodía almeriense dedicamos nuestra última hora a explorar este fantástico paisaje.

En los dos artículos anteriores dedicados a mi retorno al cabo de Gata tuvimos ocasión de verificar cuán diferente era este paisaje hace unos 6 millones de años. Lo que ahora es un terreno árido y despoblado antaño fue una bahía poco profunda flanqueada de islas volcánicos (Revisar aquí las entradas sobre la Mesa de Roldán y la Cañada Méndez).

Pues bien, partiendo del arrecife de la Mesa de Roldán y cruzando sobre lo que ahora es la Cañada Méndez, navegando hacia la costa del continente en la sierra Alhamilla, nos hubiésemos encontrado con un auténtico atolón de coral: un arrecife en forma de anillo desarrollado sobre los flancos de un volcán submarino. Incluso ahora hace falta añadir poca imaginación para viajar a aquel momento en el tiempo. Y si no, fijaos en esta imagen satélite del Hoyazo de Níjar:

Hoyazo aérea
Vista satélite del Hoyazo. Fuente: Google Earth

Como podemos ver en la imagen, algunas ramblas han excavado el borde del hoyazo permitiendo el acceso al interior del mismo. Nosotros seguimos el barranco de la Granatilla, ascendiendo por una senda que conduce al interior a través de una brecha en el arrecife.

Hoyazo 1
El sendero asciende hacia la brecha en el arrecife perimetral y permite el acceso al interior

Según ascendemos las rocas que afloran junto al camino son las dacitas sobre las que se desarrolló el arrecife, sólo que contienen un mineral que no debería estar ahí.

Dacitas
Base volcánica de la estructura

Veámoslo más de cerca. ¡Son granates!

Granates 1
Muestra de mano de las dacitas, de color parduzco a causa de la alteración del material y su contenido en óxidos de hierro. Se aprecian varios granates flotando en la matriz

¿De dónde han salido y qué hacen en las dacitas? La respuesta está relacionada con el origen de toda la región. Estos granates proceden de los esquistos que forman el sustrato de la zona. Durante el vulcanismo del final del Mioceno el magma atravesó esos esquistos de camino a la superficie, arrastrando consigo a los granates, muy resistentes. Estos cristales quedaron, pues, englobados en las dacitas que formaron el domo volcánico del Hoyazo. Pero los granates tenían una historia anterior. Este mineral metamórfico se formó en primer lugar durante la colisión entre África e Iberia. En este proceso los materiales de la corteza quedaron atrapados entre ambas placas tectónicas y fueron sometidos a grandes presiones y temperaturas. En estas condiciones los minerales originales dejan de ser estables y se transforman en otros, siguiendo una secuencia conocida. Sin entrar en más detalles, las lutitas iniciales (arcillas y limos) se transformaron en pizarras, después en filitas y posteriormente en esquistos. Nuevos minerales cristalizaron, entre ellos el granate almandino.

Y no sólo eso. Ahora están iniciando una nueva vida, ya que al erosionarse la roca que los contiene quedan liberados. Su dureza les permite resistir el proceso y se concentran en el fondo de las ramblas formando un tipo de yacimiento secundario conocido como placer.

Ciertamente, la acumulación de granates en ciertos puntos constituye una visión fantástica.

Granates 3
Acumulación de granates liberados de su tumba dacítica (click para ampliar)

Ahora estos resistentes cristales están comenzando una nueva etapa, viajando transportados por las lluvias torrenciales almerienses hasta quedar, de nuevo, integrados en un nuevo sedimento. Mensajeros del pasado, testigos de sucesos acontecidos antes de que ningún humano pudiese verlos, ahora de camino hacia el futuro.

Granates 2
Algunos granates recolectados directamente del terreno
Dacitas en cortes fresco. En este caso no hay granate, pero sí fenocristales oscuros de, posiblemente, biotita

El caso es que sobre el edificio volcánico submarino, y aprovechando el alto fondo proporcionado por el mismo, se desarrolló un arrecife de coral. Al avanzar por el camino y sobre las dacitas encontramos un nuevo tipo de roca. En primer lugar, una caliza bioclástica, formada por fragmentos y restos esqueléticos de los animales que construyeron y habitaban el arrecife.

Caliza bioclástica
Caliza bioclástica del talud recifal. Es posible apreciar las perforaciones de organismos litófagos (click para ampliar)

Y más hacia arriba el armazón coralino, que resalta en el paisaje formando el anillo que cierra perimetralmente el hoyazo.

Arrecife
Andrés observa el crestón formado por el arrecife perimetral

Al igual que en el caso de la Mesa de Roldán, aquí el principal coral era el porites. El carbonato original se ha disuelto y en su lugar tan sólo quedan los huecos ocupados por este organismo, que dan a la caliza una textura oquerosa.

Porites
Detalle del armazón en el que se aprecian los huecos dejados por el porites

Desde lo alto del anillo tenemos una extraordinaria vista que nos permite entender esta estructura. La dacita es una roca volcánica que procede de un magma rico en sílice. Ello hace que sea muy viscoso y que, por tanto, fluya con dificultad. Olvidemos la imagen de un volcán arrojando lava líquida que corre por la ladera como un río incandescente. Esta lava fluye con dificultad, de forma más parecida a como sale la pasta de dientes cuando apuramos el tubo. En el centro del hoyazo queda el resto del antiguo domo.

Hoyazo
Interior del hoyazo. La flecha señala el domo extrusivo

Además del granate, en la roca volcánica hay otro tipo de enclaves procedentes del sustrato metamórfico. En algunos puntos el cuarzo es extremadamente abundante, quizá también a causa de su dureza, que favorece su preservación frente a otros materiales.

Cuarzo
Conjunto de fragmentos angulosos de cuarzo

Desde el collado que da acceso al interior del hoyazo tenemos una extraordinaria vista del conjunto.

Hoyazo panorámica
Panorámica del interior del hoyazo (click para ampliar)

Y por cierto, en contra de lo que pueda parecer a primera vista, lo que estamos viendo no es un cráter volcánico. La forma del Hoyazo se debe a que los materiales volcánicos son más deleznables que la caliza arrecifal, lo que hace que la erosión actúe de forma diferencial vaciando el centro de la estructura. Cabe decir, no obstante, que esta visión no está unánimemente aceptada y que quizá algún tipo de actividad explosiva o colapso asociados a la viscosidad de la lava puede encontrarse detrás del origen del relieve deprimido.

Antes de marcharnos de este extraordinario lugar echamos un último vistazo, esta vez hacia el exterior. Vemos el arrecife y su talud, reposando sobre la base volcánica. Y al fondo la sierra Alhamilla, antigua línea de costa, donde aflora el sustrato metamórfico que contiene los granates.

Arrecife y sierra
Vista hacia el este desde el anillo perimetral. En primer plano,a la izquierda, la coronación del arrecife. En el centro de la imagen se distingue perfectamente el armazón y el talud, ambos sobre la base volcánica. Al fondo los relieves de la sierra Alhamilla. ¡Sólo añade agua!

Nota final:

Gratitud eterna a mi compañero Andrés Núñez, que durante todo el viaje no sólo no opuso resistencia sino que con actitud tolerante me permitió dedicar nuestro tiempo libre a recorrer esta extraordinaria región.

Referencias:

[1] Rasgos geológicos de la cuenca de Almería-Níjar. Varios autores. Excelente descripción de la geología de la cuenca con una completa relación de puntos de interés con su descripción detallada.



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domingo, 2 de marzo de 2014

Regreso al cabo de Gata: La Cañada Méndez


[Este artículo participa en el VI Carnaval de Geología alojado en este mismo blog]


En nuestra última aventura ascendimos a lo alto de la Mesa de Roldán, en Carboneras. Allí, en el extremo más oriental del parque natural del cabo de Gata, revivimos en nuestra imaginación un paisaje submarino desaparecido hace tiempo. Las rocas nos mostraron un arrecife desarrollado sobre un domo volcánico que formaba parte de un archipiélago hace 9 millones de años: el Complejo Volcánico del cabo de Gata.

Como vimos, hace no demasiado tiempo (en una escala geológica) nos encontraríamos en una isla mirando hacia la lejana costa de Iberia sobre una bahía rebosante de vida.

Vista noroeste
Vista hacia el noreste. El talud recifal descendía hacia el fondo de la bahía justo delante de nosotros. Al fondo, la falla de Carboneras coincide en su trazado con la Serrata de Níjar

Pues bien. Hay un lugar que nos permite continuar con nuestro viaje de descubrimiento a este paisaje desaparecido. En las inmediaciones de Agua Amarga una rambla ha excavado en los sedimentos depositados en el fondo de lo que fue un brazo de mar, permitiéndonos conocer algunos de los ambientes que se desarrollaron en su entorno: se trata de la Cañada Méndez.

Cañada Méndez sat
Vista satélite del tramo final de la Cañada Méndez, junto a Agua Amarga. Fuente: Bing Mapas

En esta ocasión, apurando como siempre el escaso tiempo libre que el trabajo nos dejó (apenas 1 h), nos acercamos a última hora de la tarde para disfrutar de este buen afloramiento. Tan sólo hay que coger la carretera que se dirige desde Agua Amarga hacia Níjar. Al poco cruzamos la rambla y vemos un camino de tierra que discurre sobre el cauce. Tomando esta pista nos encontramos pronto entre las paredes verticales excavadas por las avenidas de este curso intermitente de agua. Básicamente se trata de calizas bioclásticas que se depositaron como arenas en dunas submarinas, barras y playas en un clima tropical.

Cañada Méndez
La rambla por la que discurre la Cañada Méndez se ha encajado en su cauce gracias a la elevación de la costa

Sin embargo, lo primero que llama la atención son los materiales que se encuentran en el fondo del cauce. Nada de carbonatos. Se trata de guijarros y bloques andesíticos con fenocristales de piroxenos y anfíboles. Proceden de los relieves volcánicos que constituyen la base sobre la que se formó la plataforma carbonatada. Ahora, erosionados, invierten su relación depositándose encima de las calizas que los recubrieron en primer lugar.

Cantos andesíticos
Andesitas con fenocristales de anfíboles y/o piroxenos

Un vistazo de cerca a los materiales en los que se ha encajado la rambla delata su origen: se trata de calcarenitas bioclásticas, con contenido variable de finos en función del ambiente de deposición. Los restos esqueléticos están triturados, lo que evidencia el alto nivel de energía y la escasa profundidad de la cuenca. Es difícil encontrar fragmentos de tamaño superior a un par de milímetros. Se reconocen restos de radiolas de equínidos, bivalvos (en especial pectínidos), briozoos y gasterópodos.

Espícula
Detalle de la calcarenita bioclástica. En el centro de la imagen se distingue un fragmento de radiola de equínido


Briozoo
Otro detalle. En esta ocasión, un briozoo

Otra evidencia de la energía del medio la ofrecen las estructuras presentes, principalmente estratificaciones cruzadas, tanto paralelas como de surco. Estas últimas se relacionan con la migración de dunas submarinas producidas por las corrientes en la bahía.

Estratificación surco
uno de los márgenes del cauce mostrando estratificación cruzada en artesa

Un poco de ayuda:

Estratificación surco com
La imagen anterior comentada: se resaltan los distintos sets

Una cosa interesante es que en el fondo de la rambla, en los materiales arrastrados por las avenidas, también hay estratificaciones cruzadas planares. En este caso son fluviales pero el medio no es determinante: la energía y el tamaño de grano sí lo son, lo que se manifiesta en la construcción de las mismas estructuras.

Estratificación cruzada fluvial
Laminación cruzada planar en el fondo de la rambla. La corriente fluía hacia la izquierda de la imagen

La pista continúa por el fondo de la rambla. Al alejarnos del inicio de nuestro recorrido el cauce se ensancha y las paredes se hacen algo más tendidas.

Cañada Méndez 2
Vista de la rambla en sentido aguas abajo

Un poco más adelante nos encontramos con depósitos de foreshore: antiguas playas conservadas en laminaciones paralelas de bajo ángulo.

Foreshore
Laminación paralela de bajo ángulo

Pero como siempre pasa, llegan las doce y las cenicientas de la geología tenemos que marcharnos tras apurar al máximo el tiempo que tenemos. En el punto donde nos dimos la vuelta pudimos ver junto al camino una secuencia interesante, con varios contactos netos muy llamativos, especialmente un nivel que resaltaba por una capa de guijarros muy redondeados con una intensa pátina rojiza. De hecho, en este punto podía verse una sucesión de tres niveles:

Secuencia
Sección en la que se distinguen tres niveles. Entre el 1 y el 2 hay un nivel de lag marcado por guijarros con pátina rojiza

1. Un nivel en la base de lo que parecían materiales volcanoclásticos. Este nivel presenta a techo los guijarro mencionados anteriormente y tiene un color rojizo muy característico por su contraste con el blanco de las calcarenitas que hemos visto hasta ahora.

Unidad mixta
Detalle del nivel volcanoclástico de color rojizo. Por encima un nivel alterado con costra y, más arriba, los depósitos de playa

Detalle guijarros
Detalle del nivel de guijarros rojizos. Por encima la calcarenita con un importante contenido de clastos volcánicos

2. Un nivel de lo que parecen calcarenitas pero que también contienen clastos oscuros de origen volcánico, angulosos y del tamaño de una arena gruesa. Esta capa presenta laminación cruzada planar que aparentemente buza en sentido contrario al de la capa inferior

3. Sobre este nivel y en contacto erosivo neto aparecen las calcarenitas blancas que hemos visto en nuestro recorrido por la cañada, que un poco por encima muestran la laminación paralela de bajo ángulo

Mi impresión a primera vista fue que el nivel rojizo de base representaba un nivel emergido de partida constituido por materiales de origen volcánico sobre los cuales se depositaron de forma erosiva los materiales marinos representados por las calcarenitas que, un poco más arriba, presentan facies de foreshore. Los guijarros volcánicos de color rojizo me sugerían un periodo de exposición subaérea prolongado en las condiciones oxidantes del clima cálido tortoniense. Aparentemente el mar avanzó transgresivamente dejando la capa de guijarros como un depósito de lag. Este avance transgresivo se reflejaría en los materiales del nivel 2. Sin embargo, la transgresión no progresó mucho más ya que el nivel 3 representa la progradación de la playa hacia el interior de la cuenca.

Guijarros
Varios guijarros recolectados in situ. Es muy llamativa la pátina de óxidos de hierro.

Tras consultar la hoja 1046 del mapa geológico de España MAGNA50 (Carboneras) esta interpretación parece esencialmente correcta, salvo en algunos detalles. La unidad rojiza inferior no representa probablemente el basamento volcánico regional sino que procede de él por erosión y transporte de ramblas que llevaron los volcanoclásticos hasta la cuenca. Quizá la pátina rojiza no se adquirió in situ sino de forma previa a su depósito dónde ahora los encontramos. Pudiera ser que el afloramiento del nivel rojizo de base represente un paleorrelieve, una zona emergida, aunque fuese temporalmente, en las proximidades de la costa, como parece sugerir la superficie irregular que constituye su techo, su forma convexa y el incipiente desarrollo de una costra calcárea.

No tuve tiempo de más y parte de mi interpretación se ha realizado al encajar mis ideas desarrolladas sobre el terreno con el estudio a posteriori de las fotografías y la documentación disponible sobre el afloramiento, por lo que agradeceré cualquier aportación que contribuya a confirmar o modificar mi tentativa de interpretación.

En cualquier caso, es evidente que en la Cañada Méndez se guarda un extraordinario registro de la evolución de esta zona de Iberia al final del Mioceno, justo antes de ese gran cataclismo que debió suponer la desecación del Mediterráneo durante la crisis salina del Messiniense.

Pero esa es otra historia.

Referencias:

[1] Rasgos geológicos de la cuenca de Almería-Níjar. Varios autores. Excelente descripción de la geología de la cuenca con una completa relación de puntos de interés con su descripción detallada.

[2] Mapa geológico de España escala 1:50.000 (MAGNA50). Hoja 1046 – Carboneras. IGME.

Geocarnaval

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