domingo, 17 de noviembre de 2013

Una historia violenta. Geología de Ordesa y Monte Perdido (IV)

[Esta es la cuarta entrega de la serie acerca de la geología de Ordesa y Monte Perdido. Los artículos anteriores pueden consultarse aquí (primera entrega), aquí (segunda entrega) y aquí (tercera entrega)]

Habíamos llegado a Ordesa un viernes de septiembre. Salimos desde Torla hacia Góriz a primera hora de la tarde y ello -además de la ruta elegida, la senda de los Cazadores- nos permitió disfrutar del valle en unas condiciones excepcionales en verano. Apenas nos encontramos con nadie, más aún conforme caía la tarde y nosotros tratábamos de llegar al Refugio antes de que anocheciese. El valle parecía el lugar más pacífico del mundo. También la geología parece sugerir eso: las paredes del cañón de Ordesa están formadas por centenares de metros de sedimentos acumulados en el mar. Estos materiales se nos muestran así, capa sobre capa en una disposición subhorizontal. Casi parece que las aguas se hubieran retirado al terminar su trabajo dejándolo todo inalterado.

Y sin embargo, tras la pacífica apariencia del paisaje se esconde una historia terriblemente violenta. Una violencia destructora y creadora a la vez. Vamos a encontrarnos con fuerzas de magnitud difícil de comprender, capaces de cambiar la faz de la Tierra.

Ya vimos que ascender a lo largo del valle es como viajar en una máquina del tiempo. Nuestro viaje se inició hace unos 80 millones de años, en el Cretácico terminal (Campaniense), un tiempo en el cual un mar cubría la zona. Realmente en aquel entonces Iberia era un isla en el mar de Thetys. Un brazo de ese mar, poco profundo, se extendía entre Iberia -al sur- y las costas de Europa, situadas más al norte. En el fondo se depositaban los materiales de las formaciones que hemos encontrado a lo largo de nuestro viaje -con excepción de las calizas con Hippurites, que no vimos en razón de la ruta elegida- Recordemos que sucesivamente se trata de:
  • Calizas con Hippurites de las cascadas de Ordesa 
  • Areniscas de Marboré
  • Dolomías tableadas
  • Caliza masiva de pátina blanca. Alveolinas
En todos los casos se trata de sedimentos de medios marinos someros. Sin embargo, a principios del Cenozoico la cosa comenzó a cambiar. Las siguientes formaciones ya nos hablan de un medio marino cada vez más profundos. Se trata de:
  • Caliza de las cornisas altas de las paredes de Ordesa
  • Margo-calizas de Lafortunada
La columna cronoestratigráfica nos ayudará a situarnos en el tiempo:

Columna cronoestratigráfica del valle de Ordesa. Extraída de la hoja geológica nº 146 - Broto. Fuente: IGME - MAGNA50
El glaciar que excavó el valle expuso todas estas capas de rocas, apiladas sucesivamente y sin apenas deformar, de modo que las paredes del valle reproducen la columna estratigráfica presentada anteriormente:

El valle de Ordesa desde el sendero que conduce a Góriz desde la Cola de Caballo. La disposición subhorizontal de los estratos coincide con la columna cronoestratigráfica
Efectivamente, la historia contada por las rocas no puede ser más pacífica, si bien no está de más recordar que al final del Cretácico un impacto meteórico señaló el fin de un buen número de especies, entre ellas los dinosaurios (hablamos de ello en el artículo acerca del límite K/T en Agost). Aunque hay algo que puede haber pasado por alto para el visitante desbordado por la belleza del paisaje. Algo que desmiente esta apariencia de inmutabilidad. Si la llegar al pie de la pradera, antes de la Cola de Caballo, se alza la mirada hacia el circo de Soaso, puede verse como la monotonía de las paredes del valle se rompe por encima de Góriz:

El circo de Soaso desde la Pradera de Ordesa. A la izquierda el Perdido y a la derecha el Añisclo (o Sum de Ramond). Los pliegues que constituyen las cumbres son bien evidentes (click para ampliar)
En efecto, por encima del nivel de las paredes altas del cañón se alzan las moles rocosas de las tres Sorores: El Cilindro de Marboré, el Perdido y el Añisclo (o Sum de Ramond). A diferencia de las primeras, con estratificación subhorizontal, las segundas están compuestas por varios niveles de pliegues superpuestos. ¿Qué materiales son estos? Pues bien, en el segundo día de nuestra expedición nos levantamos con las primeras luces del alba y, por fin, iniciamos la ascensión a la cima del Perdido. Notad que las imágenes que reproduciré en lo sucesivo no reflejan la secuencia temporal del ascenso ya que, como ya ocurrió el día anterior, pude dedicar más tiempo a observar la geología al bajar que al subir.

Pues bien, en el inicio del camino atravesamos las calizas con nódulos de sílex sobre las que se asienta el refugio. Ya nos son conocidas pues la estudiamos en el artículo anterior. En algunos casos presentan niveles bastantes continuos.

Caliza de las cornisas altas de Ordesa mostrando un nivel de nódulos de sílex
En realidad pronto es evidente que estamos atravesando una y otra vez la misma unidad, lo que se pone de manifiesto por la alternancia de litología entre los niveles margosos y los niveles calizos. Estos últimos son los que contienen los nódulos. Y no sólo eso, también foraminíferos como estas alveolinas:

Alveolinas en la Caliza de las cornisas altas
Y también assilinas (un nummulítido):

Caliza cuajada de assilinas
Un poco más arriba encontramos la causa de la repetición. En la base del Perdido -y en realidad, en todo el macizo- los materiales están plegados y apilados unos encima de otros, de forma que atravesamos las mismas formaciones una y otra vez. En la siguiente imagen vemos uno de estos pliegues, en el núcleo del cual están las calizas de pátina blanca y sobre ellas las calizas de las cornisas altas:

Pliegue recumbente que yace sobre su flanco izquierdo. En el núcleo afloran claramente las calizas masivas de pátina blanca, mientras que los flancos están constituidos por las calizas de las cornisas altas
De alguna forma, los materiales de las paredes del cañón de Ordesa que habíamos dejado atrás al ascender a Góriz vuelven a aparecer aquí, a una cota superior. Al hallarse plegados nuestro trayecto los corta en dos ocasiones: al atravesar un flanco en primer lugar y al cruzar el otro flanco en segundo. Y no sólo eso: un poco más arriba, en la base del Cilindro, las Areniscas de Marboré aparecen cabalgando sobre materiales más modernos:

El Cilindro. En la mitad de la fotografía destaca por su color parduzco la Fm. Marboré, que cabalga a las calizas de las paredes altas

Ostreidos en la Fm. Marboré
Y aún más: la Fm. Marboré no aparece sola. Al contrario, por encima de ella se repite de nuevo la serie de Ordesa: las dolomías tableadas, las calizas de pátina blanca (bien visibles en la imagen anterior), etc. Un vistazo al mapa geológico confirma este aspecto. Fijaos en como se repiten las bandas de colores que identifican cada unidad. También, cómo no, aparecen cartografiados los cabalgamientos. Recordad que el color verde corresponde a la Fm. Marboré:

Mapa geológico del macizo de Monte Perdido. El ascenso se realiza desde el refugio de Góriz (se indica con una flecha). También se han indicado con círculos las cumbres del Cilindro (1) y el Perdido (2). Extraído de la hoja geológica nº 146 - Broto. Fuente: IGME - MAGNA50
Una fuerza colosal ha actuado aquí, deformando, apilando y fracturando las rocas, llevando materiales desde el fondo del mar hasta una altura superior a los 3.000 m. Imaginad el proceso. Pensad en los terremotos que debieron acompañar todo el proceso. Si hay una imagen que transmite a la perfección el asombro ante las poderosas fuerzas de la dinámica terrestre, es la del Cilindro desde la famosa Escupidera del Perdido. Aquí un nuevo pliegue desafía a la imaginación. Fijaos que, en lo alto del Cilindro vuelve a aparecer, de nuevo, la Fm. Marboré, que en este punto yace de nuevo sobre materiales más modernos. Podría estar toda la vida escribiendo y no superar el impacto causado por la contemplación de esta maravillosa montaña:

El Cilindro de Marboré, coronado por las Areniscas homónimas que cabalgan al resto de unidades. Por debajo aparecen materiales más jóvenes, siendo especialmente llamativas las Calizas de pátina blanca. A la izquierda y de forma deprimida las margas de la base de las calizas de las cornisas altas. Al pie del Cilindro el Lago Helado
Y puesto que me encanta el Cilindro, una nueva fotografía del mismo y del Lago Helado. Este lago está a aproximadamente a 3.000 m de altura.

El Cilindro y el Lago Helado
Una sección por el Perdido nos ayuda a entender la situación:

Sección a la altura del Perdido. Los pliegues y cabalgamientos son ahora evidentes. Extraído de la hoja geológica nº 146 - Broto. Fuente: IGME - MAGNA50
Sólo hay una fuerza capaz de semejantes hechos. Se trata de la Tectónica de Placas. Como ya adelantamos, a final del Mesozoico África y Europa estaban en rumbo de colisión, e Iberia, una isla por entonces, estaba en mitad de la ruta. Lentamente el brazo de mar que discurría al norte de Iberia se fue cerrando y finalmente el choque fue inevitable. Los sedimentos marinos atrapados entre las dos masas continentales se plegaron para acomodar la deformación, pero todo tiene un límite. Cuando las rocas no pueden absorber más deformación, se rompen. Unas capas se deslizan sobre otras formando cabalgamientos a gran escala. Es el origen de la repetición de unidades que hemos observado. Los materiales, una vez originado el cabalgamiento, continúan su desplazamiento generando mantos de corrimiento cuyo resultado es que las rocas acaban a decenas de kilómetros del lugar en que se depositaron. Si la compresión continúa, el fenómeno se produce varias veces con el resultado de que un nuevo manto se genera en la base del anterior. El viejo manto se sigue moviendo, ahora a caballo del nuevo. En Ordesa se ven dos mantos, el de la unidad de Monte Perdido, que acabamos de ver, más moderno y que cabalga a su vez sobre otro más antiguo, el del Gavarnie.

La fase principal del levantamiento de los Pirineos tuvo lugar hace 35 millones de años y para hace 25 había finalizado. Desde entonces las montañas están sometidas a la erosión. La siguiente imagen nos muestra Europa a comienzos del Eoceno, hace unos 50 millones de años. La cordillera ha comenzado a levantarse por el Este aunque por el Oeste aún persiste un brazo de mar que se irá cerrando lentamente conforme la colisión progrese.

Reconstrucción paleogeográfica de Iberia en el Eoceno. Fuente: Colorado Plateau Geosystems, Inc. http://cpgeosystems.com
El ascenso desde el Lago Helado se realiza siguiendo una canal deprimida conocida con el revelador nombre de 'La Escupidera'. Este nombre deriva del hecho de que en ciertos puntos esta canal, al quedar cubierta de nieve, desarrolla una pendiente hacia el valle que no queda protegida por su flanco sur, de forma que en caso de caída existe el riesgo de resbalar y acabar precipitándose al vacío. En esta época del año se conserva un nevero al pie de La Escupidera pero no es necesario transitar por ella, por lo que no suponía ningún peligro. El caso es que esta canal se ha formado a favor de las margas deleznables de la base de las calizas de las cornisas altas.

La cima del Monte Perdido desde el inicio de La Escupidera
El ascenso por La Escupidera es extenuante, principalmente a causa de la inclinación, que por momentos alcanza los 45º y por realizarse éste sobre rocas sueltas. Sin embargo, al final viene la recompensa.

El vértice geodésico en la cima de Monte Perdido
Vista hacia el valle de Pineta. A la derecha el Añisclo

Vista hacia el Norte. Es visible el lago de Marboré (o de Pineta)
 EL valle de Ordesa, tan impresionante desde abajo, apenas parece un surco desde la cima del Perdido.

El valle de Ordesa. En el centro de imagen la Punta Tobacor
Tras un rato en la cima, sólo nos queda descender de nuevo hasta Góriz. Y para evitar transitar de nuevo por las rocas sueltas de La Escupidera, tendremos algo de diversión en el nevero. A fin de cuentas, se trata de los glaciares más meridionales de Europa.

Manolo Benet descendiendo por el Nevero...
En la próxima y última entrega bajaremos de Góriz a Ordesa y tendremos la oportunidad de analizar la geomorfología del valle y algunas unidades que no hemos tenido ocasión de estudiar, como las Calizas con Hippurites.

[Esta es la cuarta entrega de la serie acerca de la geología de Ordesa y Monte Perdido. Continúa aquí con la quinta entrega]

(Si este artículo te ha resultado interesante, considera la posibilidad de compartirlo)
Leer más...