En el uso común del lenguaje suele haber cierta confusión en los términos empleados para referirse a los movimientos gravitacionales o de masas. Generalmente se habla de ‘desprendimientos’, lo que constituye naturalmente una simplificación que extiende el nombre de un suptipo al total de movimientos posibles en una ladera. En este artículo vamos a tratar de ofrecer algo más de información al respecto analizando un caso reciente en la localidad de Cortes de Pallás.
Ya comentamos que Cortes de Pallás se encuentra en una zona geológicamente muy activa, en la que los fenómenos destructivos, básicamente los procesos erosivos, se encuentran funcionando a un ritmo elevado (os animo a leer aquí el artículo publicado hace un tiempo para ofrecer el contexto geológico del gran deslizamiento de 2015). Pues bien. En este momento hay otro deslizamiento en curso de menor entidad pero que también ha afectado a una infraestructura: el vial del PENVA (Plan de Emergencia Nuclear de Valencia) que une Cortes con Cofrentes por Chirel. Se trata de un caso muy ilustrativo, casi de libro, de deslizamiento rotacional. Y uno que nos ofrece una gran cantidad de detalles, que casi podríamos clasificar como ‘geoporno’. Comencemos esclareciendo la cuestión de los procesos gravitacionales. Aquí tenéis una clasificación muy visual de los mismos.
Clasificación para los tipos de movimientos gravitacionales según Varnes (1978) modificado por Corominas y Yagüe (1997); Highland y Bobrowsky (2008). |
Podéis encontrar un tratamiento muy detallado del asunto en el blog Geobook, en este enlace. Nosotros vamos a centrarnos en nuestro caso.
Descubrí el deslizamiento cuando ya estaba en marcha, durante una jornada de trabajo de campo a principios de febrero con mi amigo Joaquín D. Al dirigirnos hacia la zona de estudio siguiendo el vial del PENVA en dirección a Cofrentes nos encontramos, justo antes del vado de la rambla del Ral, con que la plataforma estaba en obras tras haber sido afectada, de forma obvia, por un movimiento gravitacional. Situemos en primer lugar el punto donde se produjo este hecho.
Situación general del deslizamiento en relación con la localidad de Cortes de Pallás (Valencia) |
Y con un poco más de detalle, para poder estudiar el contexto:
Detalle de la zona del Ral de Abajo. La línea roja discontinua marca el tramo afectado por el deslizamiento |
Y esto es lo que nos encontramos: se había retaluzado y se estaban llevando a cabo trabajos de reposición de la plataforma mediante el extendido y compactado de material de aporte. En las inmediaciones del área había acopios de material y estaba estacionada la apisonadora usada para la compactación. Aparentemente la labor estaba inconclusa ya que todavía quedaba un escalón entre la rasante del tramo en obras y la del vial no afectado, además de quedar pendiente la reposición del firme.
Vista del vial afectado durante los trabajos de reposición de la plataforma |
Un análisis superficial ya mostraba a las claras que nos encontrábamos ante un deslizamiento rotacional. ¿Y qué es un deslizamiento rotacional? Pues es un movimiento en masa en el cual una sección del terreno se desplaza en relación a la ladera como un cuerpo rígido a favor de una superficie de rotura curva (ver clasificación anterior). Que la superficie de rotura es curva salta a la vista, del mismo modo que el hecho de que la porción de terreno movilizada lo ha hecho como un todo, árboles incluidos que mantienen ‘casi’ su posición relativa al suelo. Fijaos:
Vista del escarpe y de la masa deslizada al norte del vial del PENVA |
Aunque a veces es mejor tomar un poco de perspectiva. Así es como se ve desde el otro lado de la rambla del Ral. Disculpad la calidad de la foto, pero es que he perdido la original y la he tenido que rescatar de Twitter…
Vista del deslizamiento desde el margen sur de la rambla del Ral, mirando hacia el norte |
Por si la superficie de rotura no fuese evidente, aquí está la imagen comentada:
La misma imagen, comentada. En rojo el escarpe que constituye la parte libre de la superficie de rotura |
Dejemos en suspenso el tipo de materiales afectados y no aventuremos aún ninguna hipótesis respecto a los factores que pueden haber influido en la generación de este deslizamiento. Porque el caso es que un mes y medio después volvimos al lugar de los hechos, y he aquí lo que nos encontramos el 25 de marzo:
Vista de la misma sección del vial tras la reactivación del deslizamiento |
Donde dejamos una plataforma casi repuesta ahora había un vial cortado con un escalón de prácticamente 1 m. ¿Qué había ocurrido aquí? Alejémonos un poco para ganar perspectiva de nuevo.
Vista del escarpe y del vial afectado por la reactivación del deslizamiento |
Pues lo que parece evidente es que el deslizamiento no estaba completamente estabilizado. Ha habido movimiento adicional a lo largo de la primera superficie de rotura y, aparentemente, los trabajos de compactación del material de aporte para la formación de la nueva plataforma pueden haber contribuido a reactivar el deslizamiento. Se han acumulado casi 2 metros de deslizamiento medidos en la zona central del mismo. La nueva rasante ha sido cortada y desplazada hacia abajo generando los escarpes en el vial. Ahora tenemos la geometría típica de libro de un deslizamiento rotacional: una superficie de rotura principal, una secundaria (no muy clara) y un pie de talud donde se acumula el material ‘empujado’ sobre el bloque inferior de la falla, el no afectado por el movimiento. Aquí una vista lateral:
Vista lateral, hacia el NE, que permite visualizar la magnitud del movimiento a favor del plano de rotura |
Espectacular el escarpe, ¿verdad? Pues eso no es todo. A una cota inferior, apenas unos metros sobre el la lámina de agua del embalse, se ha generado una segunda. Aquí podéis ver esa superficie y un detalle de los materiales acumulados al pie:
Pie del deslizamiento, sobre el embalse de Cortes |
Y aquí podéis ver un vídeo que grabé de la estructura para la ocasión:
Comparemos con la imagen de libro de un deslizamiento rotacional:
Arquitectura y partes de un deslizamiento rotacional (Vallejo, 2002) |
Más allá de las cuestiones estructurales, este deslizamiento nos permite observar algunos detalles que sólo podemos calificar como porno geológico. Por ejemplo, las estrías de falla que nos muestran la dirección del movimiento sobre la primera superficie de deslizamiento. Estas estrías han sido generadas por el movimiento de arrastre de las partículas más duras de la masa deslizada sobre las arcillas limosas expuestas en la superficie de rotura, que además debían estar probablemente en un estado plástico para permitir este tipo de preservación. Es decir, que muy posiblemente estos materiales finos estaban saturados de humedad, lo que da una pista acerca de uno de los factores que han contribuido a la rotura del terreno. Las grietas de desecación también.
Superficie de rotura en la parte superior del deslizamiento |
Y un detalle:
Detalle de las estrías de falla dejadas por el bloque deslizado sobre la superficie de rotura |
También es interesante observar las familias de grietas que se forman en la superficie de las masas de terreno movilizado. En la parte superior el régimen de tensiones es extensivo, lo que hace que se generen familias de fallas paralelas que, cuando se superponen, entran en contacto mediante estructuras de relevo:
Familia de fracturas paralelas al talud en la plataforma 'repuesta' |
Relevo de fallas |
Así es como se ve a día de hoy (15/4/2018). El avance respecto a la fotografía de febrero es más que evidente. Ya no hay materiales ni maquinaria de construcción en la zona, por lo que parece que ante la evidencia los responsables de la reparación se han dado por vencidos, a la espera de que el movimiento cese.
Vista general de la zona afectada por el deslizamiento, mirando hacia el norte. Al fondo la Muela de Albéitar. En primer término la desembocadura de la rambla del Ral en el embalse de Cortes |
¿Qué podemos decir de los materiales sobre los que se ha desarrollado el deslizamiento? El MAGNA no nos es de mucha ayuda, ya que los cartografía como Keuper. Es cierto que el Keuper anda cerca, pero no está implicado en este caso. En realidad se trata de limos, arenas, areniscas y conglomerados poco cementados con algunos niveles arcillosos en facies de abanico aluvial, depositados por uno de los barrancos de la muela de Albéitar (que podéis ver al fondo de la imagen anterior). Estos abanicos se relacionan lateralmente con una terraza perteneciente a la propia rambla del Ral y por el otro con los materiales detríticos miocenos asociados al diapiro. Al explorar el lugar en detalle me llamó la atención un detalle: varios árboles situados sobre el material deslizado presentaban los típicos cambios de dirección en el tronco que son característicos de los árboles que crecen sobre material inestable (ya hemos visto como en este tipo de deslizamientos el terreno se mueve como un todo, con cubierta vegetal y árboles incluidos. Cada contorsión es el recuerdo de un deslizamiento previo al que el árbol sobrevivió. Fijaos en este ejemplo (hay varios):
Reparé en este detalle en mi segunda visita, la de marzo. Eso me llevó a buscar en vistas satélite antiguas cicatrices de deslizamiento. La mejor forma es echar un vistazo al terreno eliminando la cubierta vegetal. Y esos superpoderes nos los concede… el LiDAR! Sí, esa tecnología de cartografía mediante láser que tenéis a vuestro alcance en la web del Instituto Nacional de Cartografía. Esto es lo vemos:
El tramo afectado por el deslizamiento está marcado por las líneas rojas discontinuas. Fijaos con atención. Aparentemente hay un barranco que desemboca en la zona de la cicatriz más próxima a la rambla. Ese barranco tiene una curiosas estructura circular, que va de ninguna parte a ninguna parte. De hecho, si no fuese por los aportes de material a los terraplenes para la ejecución del vial del PENVA, tiene toda la pinta de tratarse de un antiguo escarpe de un deslizamiento aún mayor que el actual, al cual contendría. Observad la diferencia entre ese barranco sin cabecera y los dos verdaderos barrancos, a izquierda y derecha, que sí continúan hacia la muela de Albéitar. Un detalle comentado:
En busca de otras evidencias he recurrido a otra forma de ver el terreno eliminando los elementos que pudieran encubrir la realidad. Una de ellas es recurrir al Vuelo Americano: es decir, a ver el terreno tal y como era en el año 56 o 57, cuando todo el terreno apto para el cultivo estaba cultivado y lo que no… pelado para hacer leña. Y esto es lo que vemos (ojo que no hay vial ni embalse, pero sí el caserío y las terrazas cultivadas de la aldea del Ral de Abajo, que llegué a conocer antes de anegar el embalse):
En el 57 era bien visible una estructura en forma de U invertida abierta hacia el sur que se corresponde con la posible cicatriz que hemos visualizado en la cartografía LiDAR. El terreno afectado no estaba cultivado, aunque sí lo estaba su contorno. La rambla del Ral, con un curso con fuerte control estructural, efectúa en la zona un pronunciado giro hacia el oeste (el trazado hacia el sur, tras el codo, ya no existe, al encontrarse bajo la lámina de agua del embalse). Este codo debía conferir una extraordinaria capacidad erosiva a la rambla, que se ‘comería’ por así decir, por los pies (nunca mejor dicho), el talud existente al norte, al pie de los bancales. El resultado sería el progresivo descalzamiento de los taludes y podría provocar, como consecuencia, deslizamientos como el que estamos viendo. De hecho, al sur del deslizamiento se observa el el vuelo americano una superficie acarcavada que bien podría ser el material acumulado al pie de un episodio anterior.
Como ya hemos comentado, el control de la rambla del Ral es claramente estructural (y el diapiro es la mano ejecutora que modela el paisaje en esta zona). Tras su captura por el Júcar (situado más al sur, no aparece en las fotografías) la erosión remontante progresó aguas arriba. En el momento de la construcción del embalse la situación era la siguiente: la rambla estaba en equilibrio en su desembocadura con el Júcar, y había llegado a construir todo un sistema de terrazas. El nickpoint originado por la captura había migrado justamente hasta este recodo, donde existían unos saltos de agua en los que la rambla estaba excavando en las dolomías cretácicas sobre las que se apoyan los abanicos aluviales y las terrazas ya mencionadas. En un nickpoint se concentra la capacidad erosiva de un cauce, y eso ocurría precisamente aquí (esto es un poco técnico así dicho, pero lo tenéis descrito con vídeo y todo en este artículo previo sobre migración de nickpoints). Recuerdo haberme bañado de pequeño en este encantador paraje ya desaparecido. En días como hoy, cuando el nivel del embalse está excepcionalmente bajo, es posible ver aflorar esas dolomías donde se encontraba el nickpoint. Por cierto, que cada cambio en las condiciones del nivel de base provoca una nueva migración (o la detiene, como ocurre ahora con el nickpoint del Ral, temporalmente desactivado por la construcción de la presa). Existe un nickpoint previo, que continúa su labor erosiva en la actualidad y que se encuentra en los charcos del Ral, aguas arriba de este punto.
Como un último detalle, he buscado en lo alto de la masa deslizada original (no afectada por este deslizamiento reciente) algún árbol que pudiera guardar el registro de algún movimiento previo. Bingo. Aquí tenéis uno:
Tronco de pino contorsionado en la zona no afectada por el deslizamiento actual, pero que sí lo hubiera sido por el deslizamiento previo comentado |
Como vemos, no nos encontramos ante un caso inexplicable ni azaroso. Existen razones geológicas que justifican por qué aquí se ha producido este deslizamiento, que no es más que el último episodio en una zona geológicamente muy activa, como ya hemos comentado en más de una ocasión. La calma que sugiere la quietud de las aguas del embalse es muy engañosa. El Júcar rugiendo por el fondo de su cauce que recuerdo de mi niñez era un reflejo más fiel de lo inestable de nuestro paisaje.
La geología, en el largo plazo, siempre gana.
PD: Si alguien posee fotografías antiguas de este punto, agradecería que me las hiciese llegar como evidencia adicional.
PD 2: Agradezco a Manel Gras, al que me encontré casualmente, el 'chivatazo' de que la cosa se estaba moviendo de nuevo.
PD 3: Entre mi primera visita al deslizamiento y la segunda mi madre, Agustina, nos dejó inconsolablemente solos. Siempre estaré en deuda con ella. No puedo estar más agradecido de haber podido coincidir con ella en este brevísimo intervalo del Tiempo geológico. Gracias por todo, mamá.
PD 2: Agradezco a Manel Gras, al que me encontré casualmente, el 'chivatazo' de que la cosa se estaba moviendo de nuevo.
PD 3: Entre mi primera visita al deslizamiento y la segunda mi madre, Agustina, nos dejó inconsolablemente solos. Siempre estaré en deuda con ella. No puedo estar más agradecido de haber podido coincidir con ella en este brevísimo intervalo del Tiempo geológico. Gracias por todo, mamá.
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