Hay veces que las cosas no salen como uno espera. Y sin embargo, eso no tiene por qué ser necesariamente malo. La semana pasada salí con Manolo y Álex (y su hija) con la intención de probar la nueva escuela de escalada que han equipado recientemente en el barranco de los Cuchillos, al noroeste de Cheste (Valencia). Pero mi cuerpo tenía otros planes.
Nada más aparcar (justo en un vado del barranco, no había riesgo de lluvias) me llamó la atención un afloramiento de rocas finamente estratificadas y con un acusado buzamiento. Las capas de roca interceptan perpendicularmente el cauce y el agua ha labrado un paso a través. Quizá a causa de esto se llama al barranco 'de los Cuchillos' pues así suele denominarse a esta manifestación morfológica de estratos verticalizados (en la cartografía el barranco figura a veces como 'hondo'.
Seguimos el cauce en dirección descendente y antes de llegar a la zona de escalada fue evidente que ese día no habría escalada para mí (no entraré en detalles). Por esta razón decidí que la mejor opción era volver al coche, coger la mochila de 'hacer geología' e investigar la zona. Y valió la pena.
El afloramiento en cuestión está formado por una alternancia de bancos calizos decimétricos y calizas margosas lajosas finamente laminadas. Precisamente por ello es muy llamativo. No se observan señales de bioturbación. No se encuentran fósiles. No se aprecian estructuras tractivas, ni en las propias capas ni en las bases de las mismas. Un par de detalles:
Nuestro punto de partida se sitúa cerca del final del Jurásico. Hace unos 150 millones de años la mayor parte de lo que será la península está cubierta por un mar somero y cálido. Sólo la parte más occidental de ésta, el Macizo Ibérico, constituye tierra emergida, a modo de isla. Según la interpretación que se da a la formación Loriguilla, el material movilizado por tormentas es transportado en suspensión mar adentro y depositado por corrientes no turbidíticas en un ambiente de plataforma externa. La repetición de este proceso da lugar a los ciclos que se ven en las rocas, de los cuales la base lo constituye la capa centimétrica, de mayor contenido detrítico, seguida por los bancos decimétricos de calizas. En este sentido, la deposición es episódica pero cada uno de los ciclos es rápido, no suponiendo un intervalo de tiempo largo de deposición lenta sino más bien lo contrario.
Y ese es el fondo del mar sobre el que estamos caminando. Veamos que nos cuenta. En primer lugar, una imagen del aspecto típico de esta formación. El material acumulado al pie no procede del talud, sino de la perforación de un pozo en una parcela próxima. Este sitio es el típico en el que uno esperaría encontrar fósiles sin dificultad. Pues no. Nada. Algo que tampoco es sorprendente ya que es característico de la formación.
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La ritmita de Loriguilla |
Fijaos en un detalle de un ritmo completo. En la base el material detrítico grueso, depositado en primer lugar. Por encima la caliza mudstone, de grano más fino. A techo un nuevo nivel detrítico grueso.
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Un ciclo completo |
La bioturbación es escasa y los fósiles también. No había mucha vida por aquí. Aún así, se encuentran cosas interesantes. Por ejemplo, multitud de perforaciones verticales en el techo de un nivel calizo, ahora rellenos de material limonitizado.
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Galerías verticales en la cara superior de un estrato calizo |
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Un habitante de este mar. Ammonites limonitizado |
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Otro habitante. Rostro de un belemnites |
Durante el final del Jurásico se produce una retirada paulatina del mar. Si estuviésemos viajando hacia el futuro con nuestra máquina veríamos como la costa se acerca. Las siguientes imágenes son un ejemplo de que, a veces, las cosas no son lo que parecen. Fijaos en la evidente laminación inclinada del estrato margoso intermedio. En un principio lo tomé por una estratificación cruzada planar
(y así lo conté en la primera versión publicada, por lo que esto es una actualización del artículo), lo que sería un indicio de corrientes capaces de generar formas de fondo. Sin embargo, al analizarlo con un poco de detalle vemos que se trata de un fenómeno estructural, el clivaje (o foliación) planar axial, resultado de los esfuerzos de compresión que formaron un pliegue en estos estratos. El pliegue no es reconocible a esta escala, pero la inclinación de los materiales menos competentes (margas) atrapados entre los más rígidos (calizas) nos indica la probable inclinación del plano axial del mismo, paralelo a esta laminación. No me entretendré más porque es algo complejo y merece un artículo en sí mismo.
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Como veis, la capa intermedia posee una laminación que forma un ángulo con respecto al plano del estrato |
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Fijaos en las grietas en el estrato margoso. Son paralelas al plano axial del pliegue. Su origen está en las fuerzas de compresión que deformaron estos materiales
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De camino además podemos encontrar un buen ejemplo de procesos fluviales cuaternarios. El barranco ha dejado una terraza superior al nivel del cauce en la que actualmente se ubican cultivos. Al encajarse en su antiguo lecho nos permite ver una sección de los materiales depositados. Fijaos en los siguientes detalles característicos: el contacto erosivo en la base, la selección de los clastos, la textura clastosoportada, la
imbricación de clastos en sentido contrario a la corriente (de izquierda a derecha) y el nivel de limos arenosos a techo, indicativo del relleno y abandono del canal.
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Terraza fluvial colgada con una magnífica sección de un depósito de este tipo |
Parada nº 2. Jurásico superior. La formación Higueruelas
A continuación llegamos al afloramiento donde aparqué. Cruzamos el camino y continuamos descendiendo por el cauce (y avanzando por el tiempo). Durante unos metros los depósitos del barranco y los derrubios de las laderas no nos permiten estudiar ningún afloramiento más. Pero enseguida encontramos algo de interés. Un nuevo conjunto de estratos que buzan de forma concordante con los anteriores. Se trata de un conjunto de calcarenitas con cierto contenido en material detrítico. Al examinarlo en detalle vemos que hay niveles con estratificación cruzada de surco. El mayor tamaño del grano, el mayor contenido detrítico y, sobre todo la estratificación en surco (propia de dunas submarinas o relleno de canales de marea) nos confirman que la costa está muy cerca, pues existen corrientes con suficiente energía para mover material más grueso y generar formas de fondo.
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Niveles calcareníticos |
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Estratificación cruzada de surco |
Más adelante la sucesión continúa. En esta ocasión encontramos dos secuencias de materiales arenosos con intercalaciones margosas de aspecto noduloso a causa de la bioturbación, muy abundante (como corresponde a ambientes marinos muy próximos a la costa). Incluso hay un nivel oolítico indicativo de ambientes de alta energía (rompientes). Ya veis que la cosa ha cambiado bastante desde que comenzamos nuestro viaje, pero aún hay más. Y es que nuestra secuencia de facies costeras reposa sobre una discontinuidad marcada por un nivel de emersión, en el que se desarrolló un paleosuelo. Es fácil verlo por la cicatriz erosiva, el color rojizo, los materiales arcilloso-limosos y la costra caliza presente.
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Margas nodulosas sobre paleosuelo |
Observad el contacto netamente erosivo entre los materiales marinos amarillentos de la parte superior y el paleosuelo rojizo de la parte inferior.
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El martillo está clavado en el nivel de paleosuelo. |
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Oolitos. El objeto rectangular es la cabeza del martillo |
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Detalle del nivel bioturbado. Se aprecian varias galerías horizontales |
Es importante apreciar la diferencia entre materiales laminados en los cuales la deposición original no ha sido alterada (indicativo de que no había formas de vida que distorsionasen la estructura primera al remover el sedimento) y estos materiales muy bioturbados a causa del gran número de animales presentes. Fijaos también que encontramos icnofósiles pero no fósiles corporales. Estos materiales pertenecen a las facies someras costeras de la Formación Higueruelas, que también vimos (aunque con un aspecto masivo) en Jérica. Aquí no encontramos los oncolitos que caracterizan a esta unidad. Yendo un poco más allá me atrevería a decir que esta sucesión de facies corresponde a una secuencia regresiva en una costa con islas barrera y lagoon. En efecto, desde mar a tierra (o, recordando la Ley de Walter, desde el momento inicial hacia adelante en el tiempo) encontramos en sucesión: calcarenitas con estratificación surco (canales), nivel de paleosuelo (isla barrera), oolitos (rompientes), margas bioturbadas (lagoon). En cualquier caso, es un hipótesis que me gustaría confirmar en alguna visita posterior.
Parada nº 3. Mioceno medio - superior
A partir de este punto uno esperaría encontrar el Cretácico, periodo que sigue al Jurásico, pero está ausente. Los siguientes materiales que encontramos son miocenos, con una edad aproximada entre 15 y 7 millones de años (tranquilos, enseguida los vemos). ¿Qué ha ocurrido? A nuestro libro le faltan páginas que abarcan 130 m.a. Nos encontramos ante una disconformidad. los materiales se siguieron depositando, pero posteriormente la erosión los ha eliminado y han sido recubiertos por otros más modernos. Afortunadamente en otros lugares no ha ocurrido esto ha sido posible reconstruir la historia completa. El caso es que durante el Cretácico el mar volvió y se fue en un par de ocasiones. Se produjeron un par de extinciones importantes, el Atlántico continuó con su apertura, Iberia colisionó con Europa levantando los Pirineos y la cordillera Ibérica, que a su vez se erosionó. África se desplazó hacia el norte y produjo rejuvenecimiento de aquellas montañas ya viejas y el levantamiento de las cordilleras Béticas. Todos estos procesos son los responsables de que los estratos que hemos estudiado no estén en la posición horizontal en que se depositaron, sino inclinados y plegados. Como veis, el mundo ha cambiado mucho. Y ahora, ¿qué?. Estamos a mitad del Mioceno. El aspecto de esta parte de la Tierra es parecido a éste:
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Reconstrucción paleogeográfica en el Mioceno. Fuente: Colorado Plateau Geosystems
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Los relieves montañosos formados en estos episodios tectónicos son fuentes de material que es transportado por sistemas fluviales que arrastran gran cantidad de sedimentos. Y esto es lo que vamos a ver a continuación. Sobre los materiales jurásicos hay unos depósitos continentales consistentes en primer lugar en unas arcillas y arenas micáceas de color rojizo, con intercalaciones de lentejones conglomeráticos. A continuación aparecen unos conglomerados de cantos calizos y silíceos bien redondeados, en matriz arenosa. En algunos puntos es posible apreciar alguna estructura sedimentaria en las arenas. Por último hay un nivel de calizas masivas que al romperlas se revelan como dismicritas. No se aprecian estructuras salvo una aparente laminación paralela en las superficies más alteradas.
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Conglomerado en el cauce del barranco. El nivel arenoso junto al martillo presenta laminación paralela |
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Bloque de conglomerados rematados por arenisca |
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Calizas sobre un nivel de arenisca |
Llegados a este punto encontramos la zona de escalada, sobre el potente corte en la caliza.
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Profundo corte en el barranco. Aunque es difícil de apreciar, Álex está a mitad de vía en el centro de la imagen |
Es lógico preguntarnos si este río antiguo desembocaba en el mar y si ese es el origen de la caliza que se superpone a los conglomerados. Pues acerquémonos a echar un vistazo. Pronto es evidente que su origen es otro. Estos ríos desembocaban en una cuenca sedimentaria endorreica (sin salida al mar), concretamente en un lago y zona pantanosa adyacente que cubría esta zona hace aproximadamente entre 11 y 7 m.a. Al mirar con detenimiento en la pared encontramos restos de moldes de vegetación y algún molde de gasterópodo. Más hacia abajo, en el cauce del barranco, las calizas están llenas de tubos de algas.
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Moldes de tallos |
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Molde de gasterópodo |
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Tubos de algas |
Incluso encontramos un ammonite un poco fuera de tiempo y lugar, ya que estos animales se extinguieron más de 60 m.a. antes de que se depositasen las rocas entre las que se encuentra. Pero es que el barranco arrastra todo y no mira dónde deja las cosas.
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Ammonites |
De forma muy interesante, a partir de este punto volvemos a encontrar conglomerados sobre las calizas lacustres, lo que demuestra que la extensión del lago varió con el tiempo en función de diversos factores (subsidiencia, colmatación, etc.)
En la siguiente panorámica podéis apreciar el contacto entre los materiales finijurásicos (pequeña cuña abajo a la izquierda) y los materiales miocenos, siendo especialmente notable el color rojizo de las arenas y conglomerados y la estructura tabular de las calizas lacustres que coronan la sucesión (a la derecha).
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Vista general del final del tramo recorrido |
¿Y como acaba la historia? Pues de forma muy simplificada podemos decir que en algún momento la red fluvial encontró una salida al mar, posiblemente a través del río Turia, y ese episodio marcó el final de nuestro lago. Los cambios de nivel del mar motivados por los episodios de glaciaciones cuaternarias y el ascenso vertical de la placa ibérica en tiempo recientes terminan de configurar la morfología actual, el paisaje que podemos ver y, ahora, entender mejor. Podemos acabar con un extracto del mapa geológico de la zona. Los materiales jurásicos están en varios tonos de azul y el color rosado corresponde a los conglomerados y calizas miocenos.
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Mapa geológico. La elipse marca la zona estudiada. Fuente: SIGECO - IGME |
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Vista hacia el norte sobre el barranco, hacia los terrenos ocupados por el antiguo lago |