Hola de nuevo, amigos:
El mes de agosto no es el más propicio para realizar salidas al campo y menos en un lugar caracterizado por sus tórridos días como Cortes de Pallás (no así las noches, que son aceptablemente frescas). Las posibilidades quedan, por tanto, limitadas a las primeras horas de la mañana. A pesar de ello pude recorrer a fondo dos afloramientos que han resultado tener bastante interés. El primero de ellos ya lo conocéis y ha sido objeto de la serie 'Vestigios de un mar en retirada'. El segundo lo tenía pendiente y vamos a dar cuenta de él en este artículo.
Una de los principales accidentes geográficos de Cortes es la Muela que lleva su nombre. Se trata de un enorme (por su extensión) relieve tabular integrado por materiales cretácicos al pie del cual se ubica la población. Las laderas son bastante abruptas alternando zonas más tendidas con cortados verticales formados por las rocas más duras.
A mitad de ladera hay un elemento que captó mi atención. Se trata de un estrato que parece mostrar una ligera discordancia angular con el resto de materiales, que poseen una disposición tabular subhorizontal. Yo ya había estado por la zona, y tenía la sospecha de que podía tratarse de una barra de arenisca. Su origen podía estar en una barra arenosa subacuática, una duna submarina, una isla barrera, etc. Y para salir de dudas no hay más remedio que acercarse y echar un vistazo.
Desde Cortes parte un sendero que permite ascender a La Muela realizando un recorrido circular de gran valor paisajístico conocido como Ruta Cavanilles. Sin embargo, en esta ocasión vamos a aprovechar un golpe de suerte para realizar parte del ascenso aprovechando la apertura de un nuevo cortafuegos bajo una línea eléctrica (hasta la primera cingla, que no es posible rebasar por este punto). Ello nos permite recorrer cómodamente una zona que, de normal, es impracticable a causa de la maleza (aliagas, espinos, etc.). En la siguiente imagen podemos ver el perfil de la ruta:
Para llegar a este afloramiento hay que alejarse de los caminos habituales y recorrer durante un buen trecho una acequia de riego que discurre sobre campos en su mayoría abandonados, entre una vegetación que teje un palio sombrío sobre el caminante hasta el punto de recordar el típico bosque encantado de tantas películas. Lo cual, por otra parte, no deja de suponer un atractivo adicional.
Camino del afloramiento, siguiendo la acequia |
Los materiales que atravesaremos corresponden al Cretácico inferior - medio, abarcando desde el Aptiense hasta el Albiense. Litológicamente están constituidos por arcillas, margas, areniscas, calizas y calcarenitas, donde las tres últimas dan lugar a resaltos o escalones en la ladera. El ambiente de deposición va desde plataformas internas carbonatadas con mayor o menor aporte siliciclástico (y zonas de lagoon) hasta depósitos litorales.
Y, sin más, os voy a mostrar qué cosas podemos encontrar en esta ladera. Nada más comenzar, entre una alternacia de areniscas y arcillas encontramos los primeros fósiles: moldes internos de bivalvos y un braquiópodo, concretámente una terebrátula (indicativo de condiciones marinas de salinidad normal, si bien las condiciones no debían ser muy favorables para ellos ya que son muy escasos).
Inicio de la ruta. Areniscas y arcillas |
Molde interno de molusco lamelibranquio |
Terebrátula en un bloque de arenisca con multitud de fragmentos de conchas |
Lo primero que encontramos es un nivel calizo con ondulaciones de oleaje o corriente (no estoy seguro del tipo específico, quizá alguien pueda darme su opinión).
Justo por encima está la barra objeto de la salida. Y tiene mucho que contarnos...En primer lugar os pongo una imagen panorámica:
Nivel de calizo con laminaciones de tipo 'wavy' y lenticular |
Justo por encima está la barra objeto de la salida. Y tiene mucho que contarnos...En primer lugar os pongo una imagen panorámica:
Vista panorámica de la barra arenosa |
Por suerte, ya que no es nada habitual, en este afloramiento la barra nos muestra dos secciones, una perpendicular a la otra, de forma que podemos observar su estructura interna con gran detalle. La primera sección es ésta:
Sección que muestra estratificación cruzada de tipo surco |
Para aquellos de vosotros no familiarizados con el apasionante mundo de las estratificaciones cruzadas: esta estructura sedimentaria, constituida por capas o láminas que se cruzan en ángulo, tiene su origen en las corrientes que depositaron el material. Se conoce como de tipo surco. En esta sección el flujo de la corriente es perpendicular a la pantalla, dirigiéndose hacia ti, querido lector. Veamos ahora una sección perpendicular a la anterior:
Sección perpendicular a la anterior. Estratificación cruzada planar |
En este segundo caso veréis que las láminas forman líneas curvas que tienden asintóticamente a una línea horizontal. Se conoce como estratificación cruzada planar. Esta sección es paralela a la dirección del flujo que depositó la arena (que fluía de derecha a izquierda).
Litológicamente se trata de una arena de cuarzo fina con cierto contenido de feldespatos, muy bien seleccionada, con granos angulosos a muy angulosos. La altura de los sets ronda el metro. En mi opinión se trata de una duna submarina que migraba sobre el fondo marino impulsada por corrientes mareales. En este otro detalle se puede apreciar el contacto erosivo de la barra con el fondo marino preexistente:
Base erosiva de la barra arenosa |
El material de la base sobre la que se desplazaba la barra parece estar consituido por unas calcarenitas con laminación de oleaje, aunque la bioturbación presente la enmascara un poco (algo general en el afloramiento).
Este es un gran hallazgo, con gran valor sedimentológico por la calidad de la formación rocosa expuesta. Pero aún nos esperan más sorpresas. Sigamos ascendiendo...
Lo que nos queda por delante... |
Justo por encima de la duna submarina encontramos otros dos buenos ejemplares. Por un lado un icnofósil del género Rhizocorallium. Se trata de la galería horizontal practicada por un animal que se desplazaba conforme buscaba alimento, lo que da origen a las líneas rojizas que se pueden apreciar en la imagen. Es indicativo de un ambiente costero pero por debajo del nivel de las mareas. Por otra parte hallamos un fósil de rudista cónico (molusco bivalvo que vivía fijándose al sustrato por esta valva) y en este caso se aprecia muy bien esa forma geométrica. En el detalle se puede ver perfectamente la estructura reticular de la concha.
Ejemplar de Rizhocorallium isp. |
Rudista cónico |
Detalle de la valva. Obsérvese la estructura reticular característica |
Desde aquí el terreno suaviza su pendiente y se hace más arcilloso. En esta zona es posible encontrar acumulaciones de foraminíferos bentónicos y fragmentos de conchas acumulados por el oleaje.
Un poquito más arriba llegamos a un resalte en el terreno. Resultan ser calizas y calcarenitas con abundante bioturbación y niveles nodulosos, algunos de los cuales contienen conchas de exogyras. Por encima de este nivel aparecen unos bancos calcareníticos con estratificación paralela cuya cara superior muestra una delgada capa de conchas de bivalvos y que podría interpretarse como propios de un ambiente shoreface, de mayor energía.
Fragmentos de conchas y orbitolínidos en matriz calcárea |
Un poquito más arriba llegamos a un resalte en el terreno. Resultan ser calizas y calcarenitas con abundante bioturbación y niveles nodulosos, algunos de los cuales contienen conchas de exogyras. Por encima de este nivel aparecen unos bancos calcareníticos con estratificación paralela cuya cara superior muestra una delgada capa de conchas de bivalvos y que podría interpretarse como propios de un ambiente shoreface, de mayor energía.
Nivel noduloso. Por encima niveles con bioturbación, principalmente galerías de Thalassinoides |
Valva de Exogyra en el interior de un nódulo |
Detalle del nivel bioturbado. Obsérvese la profusión de moldes internos de galerías subhorizontales que sobresalen del estrato (flechas verdes) |
Estratificación paralela |
Cara superior de los estratos con laminación paralela mostrando el nivel con conchas |
Final de trayecto. La cingla de abajo con materiales del Albiense y Cenomaniense inferior |
Marcas de orbitolínas en la matriz calcarenítica. Obérvese el fragmento de concha de ostreido en la parte superior centro de la imagen |
Detalle de la imagen anterior a través de la lupa x10. Las muescas son los moldes dejados por las Orbitolinas |
Galería vertical, posiblemente del icnogénero Ophiomorpha |
A partir de este punto no se puede seguir subiendo. Durante el Cenomaniense inferior se inicia una nueva fase del ciclo transgresivo que implica mayor profundidad del medio marino y deposición de calizas y dolomías, materiales más resistentes a la erosión que forman un acantilado imposible de rebasar. Aunque con lo visto hasta ese punto nos podemos considerar más que satisfechos.
Y con esto doy cuenta de mis expediciones de este verano. Espero que os hayan parecido interesantes.
¡Hasta otra, amigos!
Podéis seguir leyendo acerca del Cretácico superior en Cortes de Pallás aquí.
Hola,
ResponderEliminarNos podrias escribir algo sobre lo que esta ocurriendo en Hierro?
Gracias
hola veo que te gusta la paleontologia y sabes,si me das tu gmail te podria mandar unas fotos de fosiles del cuaternario que me gustaria identificar pero todavia voy a 3ESO y yo no se ¿me ayudas?
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